Estimados lectores,
quizá les ha parecido extraño que
nuestra sección de Histórica Chascomús
se haya retrasado un poco en salir, pero hemos considerado que la Historia debe
ser conocida y asimilada de a poco,
para que el reconocimiento de lugares y el recorrido de las calles que
aquí nombramos, pueda realizarse con el tiempo necesario para el disfrute. . .
La Calle Buenos Aires – Parte II
¿Cómo resultó la búsqueda
de los lugares mencionados en la poesía?
Seguramente no les habrá sido difícil ya que no han quedado
demasiados lugares reconocibles y que, a mi modesto entender, deberían ser
señalizados de alguna manera para que los turistas y las nuevas generaciones de
chascomunenses sepan que allí, en su calle, se dio la gran transformación hacia
el progreso.
Hoy podemos ver en el trayecto comprendido por la Av. Lastra
hasta el Boulevard Escribano la gran
concentración de comercios de la más amplia variedad y hoy como ayer su arteria
principal se puebla de jóvenes, y no tanto, hoy transitándola en sus motos,
autos o “bicis”, de “jeans”, ojotas o alpargata y celulares en mano sin mayor
preocupación que la del placer de caminar por ella.
Ayer los jóvenes de la época y sobre todo las “niñas” le
dedicaban todo su afán, ya que era la “pasarella” obligada para ir a la
Iglesia, a los bailes y festejos en la antigua Recova del Municipio, o
simplemente llegarse hasta la mercería para ver que novedades habían llegado de
Buenos Aires para así poder engalanar sus vestidos.
¿Pero por qué digo que la calle Buenos Aires era una
pasarella?. Pues porque en ella también se concentraba la mayor cantidad de
cafés, bares, restaurantes y el tan conocido, ilustre y mejor vidriera de la
sociedad, el Club Social Cosmopolita. Desde ellos o en sus veredas, en sus
ratos de ocio, los jóvenes y los maduros tenían su lugar para disertar sobre
política, aunar esfuerzos para organizar y poner en marcha algún nuevo proyecto
en beneficio del pueblo, o simplemente observar a las lindas señoritas que por
ella paseaban, esperando como respuesta a sus galanterías, una mirada furtiva
que solo se dejaba ver al compás del abanico.
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Si bien la gran mayoría de los comercios estaban dirigidos a
las familias más pudientes, no faltaban
aquellos que nutrían a la masa popular; los Almacenes de Ramos Generales
en los que se encontraba lo necesario,
sobre todo, para la difícil vida del campo, desde la mecha para el calentador
hasta la manteca fresquita para untar en un crujiente pan recién horneado. Con
sus pisos de madera que hacían a modo de timbre cuando uno llegaba, no
importaba si de botas o alpargatas, porque anunciaba que había “gente”. Lo
mismo sucedía con las Farmacias, verdaderos laboratorios alquimistas en donde
la ciencia y el saber popular se entremezclaban ,tanto para paliar un resfrío o
un “empacho”, o hacer las veces de consultorio para las penas del alma (o del
almanaque) recetando una buena charla , un abrazo o un “sana-sana”.
Dos de éstos maravillosos lugares que aún conservan ésta
mística los podés ver sobre la calle Libres del Sur, (ex Bs. As.) las vías del
ferrocarril Roca e intersección
Mazzini; entrando en ellos descubrirás la simpleza de sus pisos, mostradores y
escaparates en uno; en el otro, la impronta del diseño francés en las
estanterías, potiches, y cortinas que separan el sector de atención al público
con el laboratorio.
Así era la calle Buenos Aires, calle sin pausa pero con
prisa, aquella que surge con el progreso, por el cual se necesitó también que
en ella florecieran nuevos hospedajes que acortaran un poco más las fatigosas
distancias de quienes llegaban en el tren; la calle que vio desfilar a las
autoridades políticas, eclesiásticas y sociales al compás de la banda municipal
de música acompañados todos, por un ferviente pueblo que los recibía.
Ahora bien, la calle no terminaba, ni termina, en Escribano,
seguía su rumbo hasta la Av. Arenaza, nombrada así, en honor al ilustre Cónsul
Español, que tanto hizo por Chascomús, convirtiéndose en la arteria de un
tranquilo barrio que limitaba la zona céntrica con las “afueras” del pueblo;
hoy su nombre es Libres del Sur y su límite
el predio de la Asociación Rural de Chascomús, en donde un complejo de
casitas bajas nos despiden de la ciudad o nos dan la bienvenida.
Como habrán observado comenzamos hablando de la calle Buenos
Aires y culminamos nombrándola Libres del Sur...; éste cambio se produjo por Ordenanza
Municipal Nº 250 del 22 de Mayo de 1939; si bien no pudimos acceder a los
términos de dicha ordenanza, creemos no estar errados al contarles que fue con
motivo de cumplirse un siglo, el 7 de Noviembre de 1939, de la gesta histórica
de LA BATALLA DE “LOS LIBRES DEL SUR”.
Una placa colocada en un ángulo de la vivienda sita en
Libres del Sur y Lastra recuerda a la vieja calle Buenos Aires.
Recorriendo el mapa de la ciudad
de Chascomús he notado, que ninguna de sus calles lleva su nombre, Buenos
Aires, por lo menos en la zona urbana, sin desmedro del tan bien puesto nombre
actual, ya que la historia es memoria, y todo aquello que nos la recuerde hará
que siempre se mantenga viva.
Nota: Marcela Ducós - Fotografías: CT-Photo